Octubre15
Sin
maíz no hay país
En
el año 2009, el gobierno de México autorizó las siembras, experimentales y limitadas, de maíz transgénico. Un clamor de
protesta se alzó desde los campos. Nadie ignoraba que los vientos se ocuparían
de propagar la invasión, hasta que el maíz transgénico se convirtiera en
fatalidad del destino.
Alimentadas
por el maíz, habían crecido muchas de las primeras aldeas en América: el maíz
era gente, la gente era maíz, y el maíz tenía, como la gente, todos los colores
y sabores.
¿Podrán
los hijos del maíz, los que hacen el maíz que los hizo, resistir la embestida
de la industria química, que en el mundo impone su venenosa dictadura? ¿O
terminaremos aceptando, en toda América, esta mercancía que dice llamarse maíz
pero tiene un solo color y no tiene sabor ni memoria?
>> Fragmento
contenido en el libro "LOS
HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración
digital | Andrés Casciani.
No comments:
Post a Comment