“¡No mires demasiado el fuego, hombre! ¡Nunca sueñes con tu mano en la barra! No vuelvas la espalda a la brújula, acepta el primer indicio de un timón que se sobresalta, no creas en el fuego artificial cuando su fulgor hace que todo parezca espectral. A la mañana, el sol de la naturaleza hará brillar el cielo y esos que resplandecían como demonios ante las llamas bifurcadas se mostrarán con un aspecto muy diferente, o por lo menos más apacible. El glorioso, dorado, dichoso: la única lámpara verdadera. ¡Todas las demás nos mienten!... El sol no oculta el océano, que es el lado oscuro de esta tierra y cubre sus dos tercios. Por lo tanto, el mortal que lleva en sí más dicha que dolor no es sincero, o no se ha desarrollado plenamente”.
(Herman Melville – Moby Dick)
- Ilustración digital, 2022