Septiembre 27
Pompas fúnebres
Durante las
once presidencias de Antonio López de Santa Anna, México perdió la mitad de su
territorio y el presidente perdió una pierna.
Medio México
fue almorzado por el vecino del norte, al cabo de algunas batallas y a cambio
de quince millones de dólares, y la pierna, caída en combate, fue enterrada en
el día de hoy de 1842, con honores militares, en el cementerio Santa Paula.
El
presidente, llamado Héroe, Águila, Benemérito, Guerrero Inmortal, Padre de la
Patria, Alteza Serenísima, Napoleón del Oeste y César Mexicano, vivía en una
mansión de Xalapa, que más bien parecía un palacio de Versalles.
El presidente
había traído de París todos los muebles y los adornos y los adornitos. En el
dormitorio tenía un enorme espejo, curvilíneo, que mejoraba a quien en él se
contemplara. Cada mañana, al despertar, se paraba ante el mágico espejo que le
devolvía la imagen de un caballero alto y apuesto. Y honesto.
>> Fragmento
contenido en el libro "LOS
HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración
digital | Andrés Casciani.
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