Septiembre 23
Navegaciones
La llamaban
la Mulata de Córdoba, no se sabe por qué. Mulata era, pero había nacido en el
puerto de Veracruz, y allí vivía desde siempre.
Se decía que
era hechicera. Allá por el año 1600 y pico, el toque de sus manos curaba a los
enfermos y enloquecía a los sanos.
Sospechando
que el Demonio la habitaba, la Santa Inquisición la encerró en la fortaleza de
la isla de San Juan de Ulúa.
En su celda,
ella encontró un carbón, que algún antiguo fuego había dejado allí.
Con ese
carbón se puso a garabatear la pared; y su mano dibujó, sin querer queriendo,
un barco. Y el barco se desprendió de la pared y a la mar abierta se llevó a la
prisionera.
>> Fragmento
contenido en el libro "LOS
HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración
digital | Andrés Casciani.
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