Agosto 24
Era el día
del dios romano del fuego
Y era el año
79.
Plinio el
Viejo navegaba al mando de una flota romana. Al entrar en la bahía de Nápoles,
vio que un humo negro venía creciendo desde el volcán Vesubio, un alto árbol que
abría sus ramas hacia el cielo, y súbitamente cayó la noche en pleno día,
tembló el mundo en violentas sacudidas y un bombardeo de piedras de fuego
sepultó la fiestera ciudad de Pompeya.
Pocos años
antes, el fuego había arrasado la ciudad de Lugdunum, y Séneca había escrito:
Hubo una sola noche entre la mayor
ciudad y ninguna.
Lugdunum
resucitó, y ahora se llama Lyon. Y Pompeya no desapareció: intacta bajo las
cenizas, fue guardada por el volcán que la mató.
>> Fragmento
contenido en el libro "LOS
HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración
digital | Andrés Casciani.
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