Enero 7
La nieta
Soledad, la nieta de Rafael Barrett, solía
recordar una frase del abuelo:
—Si el
Bien no existe, hay que inventarlo.
Rafael, paraguayo por elección, revolucionario
por vocación, pasó más tiempo en la cárcel que en la casa, y murió en el
exilio.
La nieta
fue acribillada a balazos en Brasil, en el día de hoy de 1973.
El cabo
Anselmo, marinero insurgente, jefe revolucionario, fue quien la entregó.
Harto
de ser un perdedor, arrepentido de todo lo que creía y quería, él delató, uno
por uno, a sus compañeros de lucha contra la dictadura militar brasileña, y los
envió al suplicio o al matadero.
A
Soledad, que era su mujer, la dejó para el final. El cabo Anselmo señaló el
lugar donde ella se escondía, y se alejó.
Ya
estaba en el aeropuerto cuando sonaron los primeros tiros.
*Fragmento
contenido en el libro "LOS HIJOS DE
LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
- ilustración: Andrés
Casciani
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