Enero 22
La mudanza de un reino
En este día
de enero de 1808, llegaron a la costa de Brasil, sin pan y sin agua, los
extenuados navíos que dos meses antes habían partido de Lisboa.
Napoleón
pisoteaba el mapa de Europa, y ya estaba atravesando la frontera de Portugal
cuando se desató la estampida: la corte portuguesa, obligada a cambiar de
domicilio, se marchaba al trópico.
La reina
María encabezó la mudanza. Y tras ella fueron el príncipe y los duques, condes,
vizcondes, marqueses y barones, con las pelucas y los fastuosos atuendos que después
heredó el carnaval de Río de Janeiro.
Y detrás,
amontonados en el desespero, venían sacerdotes y jefes militares, cortesanas,
costureras, médicos, jueces, notarios, barberos, escribientes, zapateros,
jardineros... La reina María no andaba muy bien de la cabeza, por no decir que
estaba loca de remate, pero ella pronunció la única frase cuerda que se escuchó
en medio de aquel manicomio:
—¡No corran tanto, que va a parecer
que estamos huyendo!
*Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de
Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
- ilustración digital: Andrés Casciani
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