"Indignación"

"Indignación"
Por Hugo Seleme
*ilustración digital: Andrés Casciani (2020)

"El disfraz mejor confeccionado del vicio es siempre la virtud. Diseñar el disfraz no es difícil y vestirlo, menos. Sólo se trata de criticar en otros el vicio que uno posee para, de este modo, adjudicarse a uno mismo la virtud que el vicio excluye. El vanidoso se viste con los harapos del humilde sólo por desnudar los egos escondidos y engordados ajenos. El mentiroso es inflexible con cualquiera al que sorprenda ocultando la más mínima nimiedad. El ocioso e indolente se afana en condenar a cualquiera que no invierta de manera productiva su tiempo.
Hay un modo rápido de vestirse de virtud: indignarse. La indignación por las supuestas faltas ajenas reviste casi instantáneamente al enfurecido con un halo de dignidad. Todos sus vicios quedan velados tras el manto refulgente de su enojo. Mientras más fuertes sean sus gritos y más descontrolada su furia, mayor es su virtud. Por un acto curioso de prestidigitación sus malas conductas se convierten en indicios de sus buenas intenciones.
Luis Brandoni, haciendo muestra de la valentía que se necesita para enfrentar ningún riesgo, con los ojos inundados de lágrimas provocadas por ninguna pena, gritando acusaciones que no necesitan de ninguna prueba, viste desde hace tiempo el ropaje de la indignación como única muestra de su dignidad.
No creo que tengamos ninguna oportunidad de que quienes, como él, por tanto tiempo han utilizado este disfraz, elijan súbitamente abandonarlo. La alternativa que enfrentan es mantenerlo o aceptar la vergüenza de caminar desnudos. Sin ese atuendo de virtudes impostadas, alimentadas por el calor del odio, sólo queda aquello en lo que hace tiempo se han convertido: un esqueleto hueco y frío. El disfraz los hace verse como los héroes que no son y los protege de la vergüenza que infringe la mirada ajena y, especialmente, de la que impone la propia".

andrescasciani.com