Junio 7
El rey poeta
Nezahualcóyotl
murió veinte años antes de que Colón pisara las playas de América. Fue rey de
Texcoco, en el vasto valle de México.
Allí dejó su voz:
Se rompe, aunque sea oro,
se quiebra, aunque sea jade,
se desgarra, aunque sea plumaje de
quetzal.
Aquí nadie vivirá por siempre.
También los príncipes a morir
vinieron.
Todos tendremos que ir a la región del
misterio.
¿Acaso en vano venimos a la tierra ?
Dejemos, al menos, nuestros cantares.
>> Fragmento
contenido en el libro "LOS
HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración
digital | Andrés Casciani.
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