"En esta tierra sos extranjero"

"En esta tierra sos extranjero"
Por Richard Quevedo
*ilustración digital: Andrés Casciani

Así como se tejen las paradojas y las injustas desigualdades, se sigue hilando paralelamente el velo del horror y el hambre, aquel fantástico cuento del niño que jugaba en el potrero, y soñaba con hacer un gol en la bombonera o en el monumental, se desliza de súbito en el césped rojo de sangre de los conquistadores. Dentro de veinte, cincuenta o cien años habremos de parafrasear al servidor más inservible “Los jugadores sintieron angustia al jugar en su estadio, QUERIDO REY”. 
Sin embargo todo sigue su marcha en pos del éxito, matar y destruir al otro “Por puto y cagón” y rectificar el “quienlatienemasgrande” para patriarcal izar la bandera del triunfo. En esa vara que no mide las lágrimas, ni las balas, ni la muerte, ni las ideas y que solo sirven para luchar por un país aturdido como siempre por el grito del dios gol-capitalismo. 
Los equipos ya casi entran a la cancha, entran para responder a un mandato. El circo Romano despierta como una venganza atroz: la de no haber aprendido que el cielo que desean los condenados, no es más allá. Pero todxs miren hacia allá, los que pueden, en las pantallas está la civilización, la Europa pulcra que nos enseña de modales y heroísmo, la Europa que mató a espada y sometimiento y ahora se aggiorna y nos vende el superclásico en espejos verdes con caras de Washington. Ya suena el silbato, veo la pasión desteñida y destructible, veo los hambrientos y la pena de muerte, no lloren, no griten, sea como sea el resultado, ya perdimos, y vamos perdiendo todo. Mañana con un halo de alegría o tristeza volveremos todxs a convivir en un país miserable y oscuro. Jueguen! Como era el cantito? “Oh oh oh… somos locales otra vez (?)

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