por Kent Allard (citado por Eddy Whopper)
*ilustración digital: Andrés Casciani (2018)
"Curioso cómo Argentina padece un momento tan extraordinariamente corrupto, veloz, abstracto. Cada periodista de los noticieros televisivos, cada vedetonga periodistica, toda esa mafia que vomita pus para masturbar a una audiencia con el coeficiente intelectual de medio kilo de carne picada, (oligofrénicos que se creen superiores a sus semejantes porque lo oyeron en Radio Mitre, despectivos de cualquier sentimiento que no sean el odio, la envidia de los poderosos y el asco por sus iguales)... de dónde salieron? Cómo se nos pasó? Como lograron instalar un sentido común tan diametralmente opuesto al instinto de supervivencia de sus oyentes?
El poder mundial nos tiró con un misil extraordinariamente mas poderoso que una bomba de hidrógeno (el concepto en sí suena tan pasado de moda), un arma más selectiva que una bomba de neutrones (otra antigüedad): rayos catódicos que envenenan y necrosan la conciencia y el sistema político, mientras escuelas explotan, cierran y, finalmente no enseñan; dirigentes obreros corruptos transan huelgas para que no sean investigadas sus fortunas, sus mansiones, sus amantes; troskos inmunes a cualquier necesidad popular que no sea la revolución total de la totalidad de todo, demasiado egoístas como para luchar por algo que sirva mínimamente a otra cosa que no sea su necesidad de no comprometerse con otra cosa que no sea sus propios egos, no sea cosa que alguna vez tengan algo de poder real y se den cuenta de que no tienen idea de para qué carajo sirve; y así. Vivimos anómicos, asustados, en estado de permanente irritación, desafectados de cualquier posibilidad de cambiar algo, nos sumergimos en series que bajamos de internet por kilo con personajes que nos representan idealmente, fantasiosamente, vicariamente, suponiéndonos mejores que los idiotas que se creen que macarteando paraguayos vamos a lograr el nirvana, cada vez más sumergidos en el distanciamiento entre nosotros. Y así.
A un año de las elecciones en Macrilandia, a treinta y cinco años de los cien años de democracia. Algo me dice que no llegamos."
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