"Macri y los sonidos del silencio"

"Macri y los sonidos del silencio"
por Eddy Whopper
. Ilustración digital: Andrés Casciani

Hace tres años, la clase media macrista se indignaba: ¡El Papa no le había sonreído al Presi! Por entonces, se había desvanecido totalmente la ilusión de un Sumo Sacerdote “Anti-K”, que había florecido en el lodazal de los rumores de discordia Bergoglio-Kirchner. Igual que la clase alta patricia, la clase media aspiracional (que grotescamente cree que la imita) pensaba que iba a tener por algunos años un papa sojero. No fue así.

El hecho mostró un talón de Aquiles en el narcisismo de Macri y en el de los macristas ricos y pobres: parecía ser, por primera vez, que el sencillo silencio tenía capacidad de herir. Francisco se había limitado a “no hacer” algo. No le practicó la alcahuetería que, en plena luna de miel, el mediopelo le prodigaba por estas latitudes. Esa pasividad lo mostró todo.

El tiempo pasó y hubo otro silencio más reciente y más letal: el de las urnas. Ni los pronósticos más optimistas auguraban una victoria del campo nacional y popular tan contundente como la de las últimas PASO. El macrismo, herido en su ilusión de omnipotencia, decidió devolver el golpe con otro mutismo: apagó las computadoras de Smartmatic a la espera de alguna manipulación o de que se revirtieran los resultados catastróficos para el Partido de los Globos, algo que no ocurrió. Así que Macri optó por convocar a una nueva calma: enfocado por todas las cámaras de televisión del país, mandó a dormir a los electores, mientras se iban reiniciando a los gritos los discos rígidos que anunciaban el demoledor 47 – 32.

Ahora, poco más de diez días después del apocalipsis electoral, el magnate de fortuna malhabida chucea la paz de la candidata a vicepresidenta y le reprocha su ausencia de opinión. Con aguda percepción política, Cristina continúa callando, porque sabe que esta provocación es, en verdad, un pedido de auxilio.

Sabe también que el macrismo se sostiene sobre la estridencia de la mentira y que por eso le teme al silencio de los justos.

Y sabe, además, que así de solos se quedan los que engañan, antes de desaparecer para siempre. Entonces, ¿qué y para qué hablar?

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*Ilustración digital publicada en Revista Barcelona Nro. 443 (agosto 2019).

http://andrescasciani.com/