"La gota que rebalsó el vaso."

"La gota que rebalsó el vaso."
por Darío Pela Manfredi
*ilustración digital: Andrés Casciani (2018)

Podríamos decir que lo de Miriam Azzolina fue la gota que rebalsó el vaso. Miriam tenía 55 años de edad y más de la mitad de su vida dedicada a la docencia, hacía doble turno y seguramente cuidaba de no tener inasistencias laborales para poder cobrar el Ítem Aula; el mismo Ítem Aula que junto al déficit de atención de la Obra Social del Estado, más la falta de recursos y de sensibilidad, la desprotegieron al punto de la muerte justo en un día en donde en el Congreso Nacional se aprobó un presupuesto que representa una magnitud similar de desprotección del estado, justo en un día en donde las mismas fuerzas estatales hicieron estallar un disturbio que justificó represión y arrestos. Podríamos decir que la gota que rebalsó el vaso fue hace veinte años cuando la Policía de Mendoza se llevó la vida de Sebastián Bordón, o podríamos decir que la gota que rebalsó el vaso fueron los 39 muertos del 2001, o la cápsula policial que mató a Lucas Carrazco, o la muerte de Santiago, o la primera y la segunda desaparición de López, o el tiro por la espalda a Nahuel, o el mismo tiro a Facundo, o la muerte de Johana, de Marita, de Ayelén, de Pamela, de cada uno de los nadies que mueren todos los días por negligencias estatales o en manos de las fuerzas pero son tan nadies que ni los diarios se hacen eco, o la inasistencia progresiva del PAMI, o cada femicidio, o cada travesticidio, o el Senado dándole la espalda a las mujeres por orden del espíritu santo, o las mujeres obligadas a ser madres en contra de su voluntad, la gota es Sheila, la gota es Chiara, gota Melina, gota es cada niño o niña del Próvolo abusados y abusadas, gota violada, gota muerta, gota es lo que le falta a miles de personas para llegar a fin de mes, gota de hambre de los que no tienen para comer, gota es el cuidacoche sin posibilidad de conseguir otro trabajo, la gota hace rato que colmó el vaso, un vaso, dos vasos, mil vasos, millones de vasos rebalsados de rabia, de angustia y de impotencia. La gota que rebalsó el vaso en realidad es la mirada egoísta de los que siguen viendo el vaso medio lleno en un vacío tan inmenso y eso no es de ahora, eso es historia argentina y mundial, la gota es la desidia de los medios, de la clase política, del ciudadano de a pie que cree que en vez de ir a pie va en una Ferrari, del que le importa la plaza rota y la pared rayada pero no la vida del otro o la otra, la gota que rebalsó el vaso lo rebalsó hace rato mientras unos pocos seguimos conteniendo el derrame para no ahogarnos de pena entre tantas gotas.